Después de horas y días andando, corriendo, huyendo de la alambrada que separa su pasado de su futuro Lena es encontrada y rescatada por las personas a las que tanto temía. Ahora, entre recuerdos dolorosos y un futuro incierto, será parte de la resistencia para demostrar a la humanidad que el amor no es una enfermedad.
Este segundo libro está estructurado de manera que podemos ver intercalados en los capítulos su llegada a la Tierra salvaje y su vida recuperada, un conjunto de pasado y presente que hace tener ganas de terminar un capitulo tras otro y descubrir que pasará después. Narra como llega a entender la vida de Raven y sus amigos como llega a formar parte de ellos y luego se infiltran entre los curados.
Mientras intenta ser de ayuda es secuestrada y conoce a Julián, el hijo de la empresa más grande que intenta convencer a cada persona de la población de que la cura está en la operación.
La escritora transmite los sentimientos Lena con mucha claridad, empieza a confiar en la resistencia, sigue adelante solo por el recuerdo de Alex aunque pronto intenta olvidarle para que el dolor no la consuma, conoce a Julián y se niega a ser su amiga pero al final acaba abriéndose a el. Las adversidades que pasan juntos los cambian de tal manera que forman un espléndido equipo.
La parte desde las afueras del muro con toda la gente unida entre si, la falta de alimentos y la supervivencia extrema, la perdida de los seres queridos por el clima y la falta de recursos, hace que sea sobretodo una historia dolorosa y trágica.
El final es muy predecible pero bastante interesante de cara a un tercer libro.
Sigamos leyendo a ver que pasa. ;p
Luchar por un sueño es difícil, pero hay que hacerlo.
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