Tercera parte de Delirium.
Lena averigua que Alex está vivo, Julian deja todo atrás por ella y cada vez son más los que se unen a la resistencia. La Tierra Salvaje ya no está a salvo y deben empezar a conquistar la tierra de los "zombie". Por otro lado Hana, ya curada, tendrá que casarse con el gobernador llevando sobre sus hombros un gran secreto.
Como en el anterior libro la escritora ha decidido intercalar los capítulos, esta vez hay dos protagonistas, Lena y Hana, cada una contará sus días desde dos puntos de vista totalmente diferentes, así se pueden entender los dos tipos de vida, Lena nos muestra una vida dominada por sentimientos, esta vida conlleva dormir poco, pasar frío y en ocasiones no tener ni comida ni bebida, una vida en la que el peligro es constante. Hana por el contrario está es la cumbre de la sociedad, no le falta de nada puede incluso dar parte de sus reservas a los más pobres, pero al ser operada nota todo tapado con niebla y no siente tan intensamente como debería para poder ser feliz. La escritora nos muestra los pros y contras de cada forma de vivir.
Me gusta mucho este orden de capítulos, son dos historias que se unen en una y hacen el libro realmente entretenido, es una lectura fluida.
Dentro de la vida de Lena, es una niña muerta de miedo que con los hechos va adquiriendo valor, el cambio es bastante sutil. Pero Alex me parece incomprensible, el cambio desde el primer al tercer libro es muy drástico, la reacción de cada uno al verse por primera vez después de pensar que esta muerto no me gustó y no me pareció real. Los personajes secundarios como Raven y Tack me gustan por que son duros y le enseñan a base de golpes como vivir.
En la vida de Hana hay tanto dolor escondido que cada capítulo es un suplicio, al principio parece feliz pero conforme pasan los capítulos se va tiñendo de pena. Es probablemente lo que más me agrada de este libro.
El final me deja con ganas de un cuarto libro pequeño donde explique quizás otras historias, es más abierto de lo que esperaba.
En conclusión, el segundo me gustó más pero este no está nada mal, es diferente y dinámico.
Lo recomiendo por que enseña que no todo tiene que ser perfecto para sentir cierta felicidad.
Solo se puede sentir felicidad si alguna vez has sido infeliz.
¡
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